Ellas son de Sal

La tierra de Los Silos está pasada por sal y se recoge gracias a las manos de todas las mujeres que levantaron sus salinas y aquellas que siguen trabajando en ellas. Por ello, a lo largo de esta ruta llevaremos a cabo un ejercicio de reconocimiento que nos permitirá conocer cuál es el papel de ellas en el desarrollo cultural y social del municipio, y cuál es la trascendencia que tienen en el motor económico de su zona.

Hablamos desde el negocio de la sal, con un conjunto de salinas que han sido heredadas de madres a hijas y se han convertido en un emblema familiar, hasta de actividades relacionadas con las plataneras, las azucareras y los tomates, donde figuras como las empaquetadoras han sido una pieza esencial en su desarrollo.

Mujeres como Inmaculada, salinera silense desde hace 25 años, nos otorgarán su testimonio en primera persona. Palabras de un valor incalculable que nos ayudará reconocer la trascendencia social y económica que ellas tuvieron en el municipio y que a tantas bocas y familias alimentó en su momento.

En definitiva, pasearemos por sus entornos naturales al borde de sus costas en una ruta lineal que, además de gozar de una belleza inigualable -charcos, esqueletos de cetáceos, ect.-, también nos desvelarán información sobre sus gentes y la forma en la que se organiza el municipio. Porque si no conocemos la historia de ellas, no seremos capaces de hablar de nuestro territorio.

SIN ELLAS, NO TENDRÍAMOS SAL

Ruta lineal por la costa norte de Tenerife, que nos lleva desde las salinas hasta el esqueleto del rorcual. Pasaremos por la antigua estación de telégrafo y por la empaquetadora de tomate, así como por el horno de cal. Conoceremos por qué el Charco de los chochos se llama así y nos acercaremos a esqueletos gigantes de un cetáceo.